El adjetivo «complejo» (o philo-complejo), opuesto al de laminar (o philo-laminar), fue propuesto por los investigadores frances Fanny Nussbaum, Olivier Revol y Dominic Sappey-Marinier sobre la base de los resultados de un estudio científico sobre el funcionamiento del cerebro de los niños superdotados.
Ambos son "altos potenciales", es decir, presentan capacidades intelectuales de alto nivel.El Complejo muestra capacidades bastante heterogéneas.Es más creativo, más visionario, pero también más propenso a las dificultades de aprendizaje y de relaciones sociales, así como a la dislexia o a la dispraxia.El Laminar muestra capacidades bastante homogéneneneas.Es más fuerte y adaptable, pero también más propenso a la ansiedad de rendimiento, el estrés y algunas adicciones a partir de la adolescencia.
Ningún modelo proponía esta distinción antes, pero nos parecía concordante con la clínica observada.
En concreto, ¿esto significa que el cerebro del niño de «alto potencial» gira más rápido?
DSM: Claramente dispone de cables más grandes, de «alta velocidad», es decir, un mejor motor bajo el cráneo, sin que este motor funcione necesariamente en exceso
¿Con un efecto turbo en algunos casos?
DSM: No, su cerebro gira constantemente más rápido... En el caso de los Complejos, ocurre más a menudo que este motor se desboca y pierde el control, especialmente bajo el efecto de las emociones.
¿Así que el Laminaire vive mejor su Supernova?
FN: Sí, aunque su falta de interioridad y de motivación intrínseca, no lo pone a salvo del «burn-out» o de la depresión, porque a fuerza de ser sobresolicitado por su entorno, termina a veces por plantearse cuestiones de identidad, filosóficos, con la sensación de estar fuera de sintonía consigo mismo.
¿Algún otro hallazgo importante?
DSM: Sí, descubrimos que los Complejos tienen una conectividad más alta en el hemisferio izquierdo, el hemisferio del lenguaje, que es capaz de funcionar a priori de forma autónoma, en circuito cerrado, mientras que los Laminares utilizan más el hemisferio derecho, el hemisferio que controla las capacidades visuo-espaciales y permite un análisis objetivo.
¿Qué significa esto en la práctica?
FN: Que los complejos son más centrados en sí mismos, más independientes, y por lo tanto menos adaptados socialmente. En contraste con la sociedad, a menudo son adorados o odiados. Se les llama «intérpretes», porque interpretan constantemente la realidad para hacerla coincidir con su modelo interno. Los Laminares, por el contrario, están más abiertos a los demás, más en la empatía. Se les llama «exploradores» porque analizan la información sin prejuicios, objetivamente, con una verdadera capacidad de adaptación a las exigencias medioambientales, que les permite a menudo llegar a la unanimidad. En resumen, el Complejo está en lo subjetivo, sin filtro emocional, sin inhibición, mientras que el Laminar está en el análisis objetivo, el control interno.
¿Cómo se traducen estas diferencias en la vida cotidiana?
FN: El Complejo pasa rápidamente a la fase de pensamiento automático, con una capacidad de integración mayor pero a veces imperfecta. El Laminario, más realista, más cartesiano, está menos centrado en la emoción, menos a la escucha de sí mismo también. Caricaturesco, el primero es un artista, el segundo un ingeniero.
¿Cuáles son los efectos perversos de tales perfiles?
FN: El complejo presenta trastornos del comportamiento, del aprendizaje, de la personalidad, una hipersensibilidad que están esencialmente vinculados a una falta de control de su atención y de su impulsividad. El Laminario estará más sujeto a la somatización, a la hipocondría, incluso al «burn-out» en caso de sobresolicitación. También puede ser más propenso a las adicciones como el alcohol o las drogas para suplir la falta de sensaciones emocionales.
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